Disponer de unos niveles óptimos de vitamina D es imprescindible para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Esta vitamina se sintetiza con la exposición solar, por lo que la cuarentena podría suponer un problema en este sentido. Hoy te damos algunos consejos y te hablamos de los síntomas que presenta el déficit de esta vitamina.
Déficit y función de la vitamina D
El déficit de vitamina D es bastante común en la población, no obstante se observa con más intensidad en aquellas zonas con menos afluencia solar, donde los individuos no tienen la posibilidad de exponerse a los rayos del sol con frecuencia.
Aquellas personas cuyos trabajos y obligaciones les impide disfrutar del aire libre durante el día, también podrían experimentar una carencia de esta vitamina. Y es que en torno al 70% u 80% de la vitamina D la obtenemos a través del sol, siendo la alimentación la responsable de la porción restante; la cual, podemos obtener de los siguientes alimentos: pescados grasos como el atún o el salmón, mariscos, huevos, el aguacate, los cereales, lácteos y la naranja.
Ten en cuenta, además; que esta vitamina regula los niveles de fósforo y calcio en sangre, fortalece el sistema inmune, ayuda a mantener la salud de nuestra piel, protege ante ciertas infecciones y alergias, e incluso, estudios realizados por el Centro Nacional de Cáncer en Japón han demostrado que juega un papel fundamental en la prevención de algunos tipos de cáncer.
Síntomas que indican que presenta un déficit de vitamina D
A nivel muscular puede manifestarse a través de calambres, dolores en el cuerpo, hormigueos…
Una persona con déficit de vitamina D puede experimentar falta de energía, debilidad, cansancio, malestar, apatía…
El insomnio o la somnolencia constante, los nervios, la dificultad para concentrarse o rendir intelectualmente, la ansiedad, la depresión, la inestabilidad, podrían ser otros de los síntomas asociados.
Los problemas en la circulación sanguínea, la sensación de frío en pies y manos o dolores de cabeza.
Dolor y fragilidad ósea o molestias que aumentan con la práctica de ejercicio.
Durante la cuarentena, muchas personas no tienen la posibilidad de exponerse unos minutos al día a los rayos solares, y esto puede traer consigo un déficit de vitamina D; ya superamos los seis meses confinados y es lógico que puedan surgir ciertas consecuencias físicas.
Por ello, es importante agotar todas las posibilidades. Si no tienes terraza o balcón, abre las
ventanas, deja que entre el sol y si tienes la oportunidad de hacer que estese pose sobre tu cuerpo, ¡hazlo!
Por otro lado, si te decides ir fuera de casa, no olvides utilizar tapabocas.
Y recuerda, ¡sé positivo! una actitud positiva causa una reacción en cadena de pensamientos, sucesos y resultados positivos.
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