La ansiedad es un patrón emocional, mental y físico, que abunda hoy en la población, desde niños hasta personas de edad avanzada, independientemente del estado de salud y estilo de vida. Las secuelas de este trastorno pueden ir desde el insomnio y estreñimiento, hasta el desarrollo de enfermedades auto inmunes.
Actualmente muchas personas recurren a la práctica del yoga precisamente para aliviar estados de ansiedad; pero no siempre obtienen un buen resultado; incluso pueden notar que un par de horas después la ansiedad se dispara con más fuerza.
Por eso es tan importante iniciar una clase con el cuerpo y la mente relajados para que los efectos del yoga sean propicios en el aspecto físico, mental y emocional. Si se inicia una práctica activa de posturas, la ansiedad no se diluye, solo se esconde y genera una carga que va creando tensión.
Aquí te compartimos dos posturas que te permitirán relajarte antes de una sesión de yoga
1. Shavasana
Es esta āsana se busca guiar a practicante hasta la contemplación y quietud, aquí se puede optar para la relajación de los 8 puntos, la cual consiste en presta atención a los 8 puntos centrales del cuerpo para así relajarlos y descansar, estos serían los dos pies, dos brazos, dos omóplatos, sacro y cráneo, etcétera.
A medida que observas el cuerpo, la idea es mantener una respiración lo más orgánica posible "inhalando y exhalando por la nariz" mientras toda la columna, órganos internos y las capas musculares se relajan en un estar apacible.
Shavasana o postura del cadáver
2. Supta Baddha Konasana:
Es una variante supina de Baddha Konasana para realizar la postura es necesario apoyar la espalda directamente en el suelo o sobre un bloster, estando reclinado en caso de presentar molestias en la ingle o rodillas.
En caso de sentir molestias lo ideal es utilizar bloques o cojines que generen altura en las rodillas
Lo ideal es realizar cualquiera de estas dos posturas antes de las transiciones activas; tratando de permanecer durante un período de 5 a 8 minutos e intentando observar:
1. El contacto del cuerpo contra el suelo.
2. El peso del cuerpo.
3. El ritmo de la respiración consiente.
4. La relajación de los músculo del rostro.
5. La relajación de los órganos.
El efecto de trabajar a este nivel de relajación, conduce a crear espacios en tu mente en un cuerpo silencioso; solo así surge la posibilidad de estar en el momento presente y cuando moramos en este estado de presencia, podemos darnos cuenta del contenido físico, mental y emocional que habita en cada uno de nosotros de esta manera nos permitimos soltar lo que no necesita nuestro cuerpo.
Ahora enumeremos los beneficios de la relajación:
1. Equilibra el pulso cardíaco, la presión arterial y el ritmo de la respiración.
2. Elimina y disminuye la tensión muscular y el dolor crónico.
3. Lleva el flujo sanguíneo donde se necesita.
4. Desarrolla la atención y concentración.
5. Disminuye la carga al sistema nervioso simpático.
Intenta relajarte de esta manera y notaras los resultados, recuerda que debes finalizar en postura Shavasana o postura de cadáver; la intensión es que el cuerpo pueda absorber todos los beneficios que ofrece esta sanadora y milenaria practica.
¡Namasté!
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